Entre luces pasteles y decorados que parecen salidos de un sueño profundo, Plastilina —el dúo conformado por Paloma Sirvén y Tomás Wicz— sigue expandiendo su universo con Marcas de Nacimiento, su primer álbum.
El disco se publicó junto a un formato largo, que les permitió plasmar su identidad visual entre la nostalgia y la fantasía. Su búsqueda audiovisual también fue reconocida en 2024, cuando recibieron un Video Prisma Award al mejor videoclip EDM por el single “Cuando la luna caiga” junto a Pyura.
“Todas mis ideas son tuyas, y todas las tuyas son mías”, comenta Paloma entre risas, resumiendo la química creativa que define a Plastilina.
En conversación exclusiva con el BAMV, Paloma y Tomás hablan sobre el proceso detrás de Marcas de Nacimiento, la evolución de sus videoclips y hacia dónde se dirige Plastilina en esta nueva etapa. Con una identidad artística que fusiona teatro, performance y pop, se preparan para llevar todo ese universo al escenario de Niceto el 20 de abril.
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Felicidades por ganar el Video Prisma a Mejor Video EDM. ¿Cómo lo recibieron y qué significa este reconocimiento para ustedes?
Paloma: Fue re lindo. Era la primera vez que íbamos a una premiación y ganamos nuestro primer premio, así que nos sorprendió muchísimo. No teníamos idea. El video fue muy lindo de hacer, y surgió principalmente de Pyura. Muchas personas nos conocieron gracias a esa canción, que nos abrió un montón de puertas artísticas y nos animó a explorar otros géneros.
Marca de nacimiento es su primer disco, después de años de singles y EPs, y decidieron lanzarlo en un formato largo en YouTube. ¿Por qué apostaron por esa experiencia audiovisual? ¿Qué buscaron transmitir con esta decisión?
Tomás: Bueno, creo que desde el principio, cuando empezamos a pensar en cómo acompañar el álbum audiovisualmente, siempre lo vimos como un disco conceptual. Estuvimos mucho tiempo dándole vueltas a si serían fotos en movimiento, o si sería un visualizer con un plano fijo más largo, con cosas pasando. Buscamos ser lo más fiel posible al mundo que queríamos transmitir con el álbum a nivel visual. Es gracioso porque, aunque le dimos mil vueltas, el formato largo que quedó fue casi un accidente: son pequeños registros que salieron de la sesión de fotos que hicimos para el disco.
P: Queríamos esconder un poco el hecho de que eran registros de backstage de fotos, y darle una entidad propia como visualizers. Buscábamos que tuviera algo más allá de solo mostrarnos haciendo las fotos, para no cortar con esa fantasía. Con Tomi y Alan Casas, de Altafonte, estuvimos muchas horas buscando la manera de hacer que ese look funcionara y se mantuviera dentro de la fantasía. Para nosotros era muy importante mantener la coherencia visual del disco. Nos metemos un montón en eso, no nos conformamos con resolverlo de cualquier manera.
El universo visual de Plastilina es muy marcado con respecto a la “fantasía”. En este último trabajo usaron decorados con una estética teatral y colores pasteles. ¿Cómo desarrollaron esa identidad visual? ¿Qué referencias o inspiraciones tuvieron?
T: Fue como una sucesión de cosas, como un efecto dominó. Una de las canciones del álbum se llama “Cuchillos que brillan”, y al principio el disco iba a llamarse así. Entonces se nos ocurrió esa imagen, y llegamos al personaje del lanzador de cuchillos en el circo.
P: Me pareció que tenía que ver con nosotros. Algo del teatro, algo muy nómada, que se arma en una camioneta y va a cualquier lado. Y que también tiene gente adentro, personas con particularidades que pueden mostrar destrezas, algo que puede parecer extraño caminando por la calle, pero que si lo pones en el circo con una luz, brilla y tiene potencia. Después de la sesión, la idea se expandió.
T: Inti Patrón, que es la fotógrafa, jugó un papel fundamental. También estuvieron Isa Gómez y Karen Zen Eckell, que son las tres cabezas del equipo de la sesión de fotos del álbum. La idea de los cuchillos llegó primero, luego vino el cambio de nombre del disco, y después apareció el concepto de las marcas de nacimiento. Creo que un poco Inti nos ayudó a encontrar ese punto medio con todas las referencias que le íbamos pasando, que tenían que ver con la teatralidad, lo escénico, la fantasía, como un acto de magia. Entre los tres entendimos que esos personajes circenses estaban mostrando sus marcas de nacimiento, esas particularidades. Y la foto de portada fue un accidente también, porque no estaba dentro del plan.
P: Ya habíamos terminado con todas las ideas. Luego quisimos hacer unas más en un set con una ventana, y nos paramos así… De pronto fue como “¡Ay, es re Titanic esto!” Y nos hicieron viento con un telgopor. Días después, al ver todas las fotos, nos dimos cuenta de que al final, la foto que empezó como un chiste, terminó siendo la portada real. Recordé la portada del disco de Troye Sivan, donde él dice que estuvo todo el día haciendo fotos y, al final, la última foto es cuando se acostó un segundo para relajarse. Y esa fue la portada.
Ustedes vienen del mundo de la actuación, ¿cuánto de esa experiencia creen que influye en su forma de abordar lo audiovisual? Ya sea en la construcción de los videoclips, la manera de estar frente a cámara o estar sobre el escenario.
T: Tal vez Plastilina nació un poco como un intento de alejarnos de la actuación, pero ahora cada vez más nos interesa traer esas herramientas y la teatralidad al proyecto. De manera inconsciente, siempre está presente en la forma en que escribimos y en cómo interpretamos. Siempre generamos escenarios, climas y, a veces, cosas más cinemáticas. Queremos que las producciones de las canciones no solo sean algo que escuches, sino también algo que puedas ver. Creo que esa visión teatral está constantemente cruzándose con nuestro proyecto, y ahora, más que nunca, la estamos incorporando en las presentaciones en vivo y en los videoclips.
P: Siempre hubo algo teatral ahí empujando, como un teatro musical, tal vez porque venimos de ahí y en el último tiempo estamos siendo más conscientes de eso. Ahora intentamos hacernos cargo y en los escenarios también estamos trabajando en eso. Para el show que estamos preparando en Niceto, queremos forzar un poco más eso también. Queremos subir un escalón y darle más volumen a esa historia nuestra, de donde venimos.
Se viene un Niceto, un show importante para el proyecto. ¿Cómo trasladan todo ese mundo visual al escenario? ¿De qué manera plantean el vivo?
P: Es un enigma, porque al principio nos preguntamos cómo llevar eso a lo teatral. Pero en realidad, el teatro siempre se hizo con muy poco. Solo la presencia alcanza, ¿no? A veces uno se olvida y el show empieza a tener muchas pretensiones, pero en el teatro cualquier cosa puede funcionar. Así que estamos en ese proceso, volviéndonos un poco locos, pero asegurando que va a ser un show increíble.
T: Contamos con la participación de una actriz muy destacada de la cultura argentina, que, sin adelantar demasiado, le da un orden al show desde un lugar más teatral. Además, queremos traer toda la fantasía del disco al vivo: desde el vestuario hasta la puesta en escena y la iluminación. Todo va a estar muy cuidado para darle un marco teatral dentro de las posibilidades de Niceto. Es un espacio icónico para recitales, sobre todo de rock, y no un teatro, pero justamente ese cruce de mundos nos divierte muchísimo.
Ustedes tienen una linda conexión con su público. ¿Cómo sienten que su universo visual impacta o inspira en sus fans?
P: Desde el principio nos gustó dejar pequeñas pistas en los videos o en las canciones. A veces, temas nuevos hacen guiños a temas anteriores, o algunas cosas se repiten. Y sentimos que el público siempre se copó con eso. Surgió de manera muy natural, sin que conociéramos demasiado a Taylor Swift, que ahora sabemos que es la reina de las pistas. Pero la conexión con la gente en la pandemia fue muy fuerte desde el inicio. También nos pasa que nuestros oyentes son muy creativos. Nos regalan dibujos y son personas que consumen mucho arte, más allá de lo mainstream.
T: Sí, y un detalle muy lindo es que muchas veces vienen a nuestros shows con dress codes inspirados en la estética de los videos o en las fotos del proyecto. Es algo muy especial.
P: Ahora seguro nos van a preguntar: ”¿Para Niceto qué me pongo?”. Es lindo ese ritual. Habla de sentirse parte de algo, de estar atento a ese universo y querer sumarse desde lo visual también.
¿Y como dupla creativa que son ustedes, por ejemplo, hay algún artista musical o director, directora que los inspiran a ustedes a nivel visual?
T: Al principio del proyecto, teníamos de referencia a Wes Anderson. Nos gustaba mucho cómo crea esos mundos en maquetas. Siempre fue un director que aparecía en nuestras charlas cuando pensábamos en videoclips, sobre todo en los primeros.
P: Sí, su estética siempre logra algo fantástico, como que está medio corrido de lo real o de lo urbano. Y en general, tenemos muchas referencias que no siempre vienen de la música, sino más bien del cine. Hoy en día en Argentina hay un montón de artistas nuevos con una búsqueda visual muy interesante. Justo el otro día, cantamos en Camping donde compartimos fecha con Marttein, y hablábamos de eso, que hay una nueva camada de artistas que piensan no solo en la música, sino también en lo visual y en la forma de interpretar.
Qué lindo que le dediquen tanto tiempo a la parte audiovisual del proyecto. ¿Cómo imaginan la evolución de su estética en todo lo que viene?
P: En el disco, si bien hay una fuerte carga nostálgica y melancólica, sobre todo con Plastilina, también nos animamos a canciones más alegres, con más movimiento. Siento que hay una necesidad de salir a buscar ese otro lugar dentro de Plasti, algo que también se va a trasladar a los videos. Ya sea a través del baile o simplemente explorando más allá de la introspección, permitiéndonos divertirnos en una pista de baile. Creo que el disco ya lo plantea sin perder la esencia de lo anterior, que sigue estando y es parte de nosotros. Así que me imagino que los videos van a necesitar un poco más de esa alegría, de esa sensualidad.
T: Sí, después de “Cuando la luna caiga” nos quedamos con muchas ganas de seguir explorando esa línea. Ese video transcurre en una especie de rave, pero nos pasa que, inevitablemente, siempre terminamos cayendo en la fantasía. Es como una fuerza superior que nos absorbe. Nos gusta remontarnos a personajes extraños, jugar con lo místico, corrernos de lo real. Entonces creo que eso es algo de lo que no vamos a poder escapar. Queremos animarnos a probar cosas nuevas, darle más espacio a la actuación en los videos, contar historias de otra manera. Nos identifica mucho la versatilidad, poder abarcar todo lo que nos dé ganas. Así que en el fondo, es un poco un misterio hacia dónde vamos, pero sin dudas será hacia un montón de lugares nuevos.
Antes de despedirnos quería hacerles una última pregunta, ¿cuáles son sus videoclips o artistas favoritos?
P: Hay algo de la época de la tele y de MTV: en mi casa, los sábados a la mañana, lo que más hacía era ver videoclips. Ayer me enganché con algunos de Alanis, Ironic es un video que me marcó mucho: la frescura de ella, el recurso audiovisual un poco corrido, fantástico y gracioso también. Creo que esa combinación de lo solemne y elegante con un toque de humor también está en nuestro proyecto. Por otro lado, Rosalía es una artista contemporánea que le da muchísima importancia a sus videos.
T: Creo que el videoclip que más veces vi en mi vida fue Girlfriend de Avril Lavigne. Lo veía todos los días, sin parar. También los de Hilary Duff en Metamorphosis. Quizás no sean artistas que tengan tanto que ver con lo que hacemos visualmente, pero sí me marcó esa obsesión total por los videoclips de las popstars adolescentes de los 2000. Ya de más grande empecé a descubrir todo el mundo audiovisual de Björk y también me vuelve loco como todo el abanico de cosas que hace en sus videos.
P: También soy muy fan de Avril Lavigne, y me acuerdo perfecto del primer video de ella. Había algo en esa época de los videoclips que te hacía ver surgir a un artista en tiempo real, descubrir su primer video y quedarte preguntándote quién era. El género del videoclip es increíble. De hecho, nos contaron que pasaron Aire en MTV y nos quedamos en shock. Dan ganas de ir a un bar y pedir que lo pongan, como antes. Esa sensación ya no la tenemos tanto porque ahora vemos todo en YouTube, pero hay algo hermoso en el videoclip: contar algo en pocos minutos con la excusa de mostrar una canción.